‘El pa nostre de cada dia’ de Teatre del Repartidor: Gran adaptación de Brecht.

Hemos hablado con Pepa Calvo, directora de «El pa nostre de cada dia», adaptación libre en catalán de de “Der brotlanden (La Panadería)” de Bertolt Brecht, con traducción i adaptación de Eva Fructuoso, que hemos podido ver en el Teatre Joventut de L’Hospitalet con la compañía Teatre del Repartidor (formada por mujeres), donde cuatro actrices (Alma Alonso, Muntsa Tur, Eva Poch i Gloria Viguer) se reparten todo tipo de personajes.

Teatro social y comprometido con la clase obrera donde podemos ver a varias personas de una ciudad donde hay mucho paro y se tiene que luchar para comer, con un montón de problemas causados por los opresores (como el dueño de la panadería), mentirosos, aprovechados, como ha sucedido ahora y siempre en la sociedad capitalista. La falta de empatía, la envidia, el rencor, etc. no conducen a nada bueno, sino a una nada desde donde es difícil salir, y sólo con unión se encuentra la salida.

Excelentes interpretaciones del cuarteto protagonista, dirigido con destreza por Pepa Calvo, que hacen que el texto de Brecht sea muy actual, como la vida que encontramos en las calles de muchas ciudades del mundo.

Laura Clemente – La Clem Cultura

Podcast de la entrevista en el programa Ona Cultural:

https://go.ivoox.com/rf/119305492

https://open.spotify.com/episode/4y1JxXGNDLu7NI3nrPR3Y5?si=_tqtS_3CQVmA8aobCaA

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«Estranys en un tren» en Teatre del Raval: Crimen y castigo.

Hemos asistido en el Teatre del Raval al clásico de Highsmith, con texto adaptado de Craig Warner y dirigido por Empar López.

Lo que nos ha parecido más fascinante es que la anécdota, ese improbable intercambio de asesinatos, se convierte más bien en un estudio sobre la dependencia y la autodestrucción de los protagonistas, unos estupendos Xavi Carreras en el papel de Charles Bruno y José Barón en el de Guy Haines, acompañados de la novia enamorada que está en la inopia (Laura Sancho), el amigo y socio que no se entera de nada (Ramón Bonvehí) , la madre con quien Charles tiene una equívoca relación (Mercè Rovira) y finalmente el poirotesco (Carlos Vicente). Nada humano les es ajeno, la ambición profesional, las elucubraciones paranoícas, el alcoholismo histérico, el suicidio, la culpa, y la mutua relación de encubrimiento y dependencia.

La obra estará en el Teatre del Raval hasta el 30 de octubre.

LO MEJOR DE LA OBRA: La intensidad interpretativa, no en vano vimos a Xavi Carreras literalmente extenuado en los aplausos finales.

LO PEOR DE LA OBRA: La ambigua investigación final, entre el perdón y el castigo del crímen.

Os dejamos un enlace al tráiler de la obra:

Cultura y algo más.

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‘Salve Regina’: El tic tac del reloj biológico y la reacción de la mujer actual.

He visto ‘Salve Regina’ en la sala La Badabadoc del barrio de Gràcia de Barcelona.

Una obra y una interpretación magistrales que quiero repetir porque hay tantos subtemas e historias dentro de la misma que seguro que ahora encontraría más matices, más riqueza. La pieza parte del trabajo conjunto de Ángela Palacios (idea, dramaturgia, interpretación del monólogo) y Paloma Remolina Gallego (idea, dirección), la música y el sonido corren a cargo de Alba Rubió y los audiovisuales son de Carlos Martín-Peñasco.

Me explico: si bien el tema es sobre el ya hiperexplotado asunto de la maternidad y todo lo que ello implica de bueno y no tan bueno, esto no es más que la punta del iceberg, porque debajo de la superficie subyace lo más profundo y verdadero que es el reto, el camino de saber vivir según tus anhelos reales, manifestarte en tu yo pleno y en un estado de conciencia más amplio de lo que normalmente funcionamos.

Regina es una chica normal, ni guapa ni fea, pero muy divertida y alegre, ya de niña se la veía feliz con ganas de cantar y bailar saludando a la vida con las manos abiertas. Y como todas las chicas normales, a todas nos ha pasado (soy del 74, quizá y espero que a las chicas de 25-35 ya no les pase, que creo que no), de repente todas tus amigas, tus padres, la sociedad ESPERA algo de ti, que es que tengas una pareja, una casa y unos hijos, que seas como ellos. 

Y así Regina se encuentra sola en este nuevo paradigma, sus amigas ya se están quedando embarazadas o incluso ya van por el segundo, tercero. Y se las «oye» tan felices…

Pero Regina, que tiene 37 años y es feliz viajando, viviendo como quiere, conociendo lugares exóticos y lejanos, y en principio parece que no le está afectando lo que le rodea hasta que un día el mensaje es claro y contundente: se encuentra delante de una clínica de fertilidad con el logo ¿PARA QUÉ ESPERAR MÁS SI YA PUEDES SER FELIZ?

Y éste va a ser el detonante para empezar un camino que no quería transitar. Y aquí entramos en lo que representa, lo que significa ser madre, a cualquier precio, económico, moral y emocional. Y poliédricamente Ángela introduce y se introduce en varios personajes que la rodean como en una galaxia: la psicoterapeuta (con una crítica ácida a esta tendencia actual de llegar al fondo del pozo para poder entonces empezar a recuperarte, sin tener en cuenta que a veces el pozo es tan profundo que a lo mejor, y sólo a lo mejor digo, no es interesante llegar ahí porque podemos entrar en el peligro de entretenernos demasiado en ver lo que no nos gusta y quizá acabamos más hundidos);  el doctor de la clínica privada (money money, money); la funcionaria de la Seguridad Social (que cubre la inseminación artificial en supuestos concretos, entre los que está el ser «madre soltera», lo cual abre un segundo dilema, ¿realmente además de ser madre quiero serlo sola? ¿o querría al menos compartir un poco la responsabilidad de criar a un hijo?); la bruja vidente; la facilitadora de las constelaciones familiares. Todos ellos puestos en la piel de la camaleónica Ángela Palacios, que hace reír y llorar a la vez, o mientras te ríes te está dando cuenta de que esto es serio y que no deberías reírte, pero es así de mágica.

María Rosa Iglesias con la asistencia de Laura Clemente.

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Maika Makovski: Regreso al Rock.

Aunque hace ya unos meses que se editó hemos querido comentar aquí el último lanzamiento de la que es actualmente una de nuestras artistas favoritas: Maika Makovski. Comentaba Maika en distintos medios a las puertas de la publicación de su nuevo disco (cuyo significativo título es «MKMK»), que éste había sido concebido como un trabajo que pretende generar una comunión intensa, directa y orgánica con su banda de acompañamiento y su público, con la intención de superar una cierta sensación de bajón personal y de aislamiento acontecido no tanto por el obligado confinamiento por la pandemia que hemos sufrido, sino por la falta de comunicación real en estos tiempos modernos de redes sociales y teléfonos móviles. Es, sin duda, un álbum muy distinto en líneas generales a su anterior disco, el intimista y más bien folkie “Chinook Wind” (2017), y aunque Maika se ha caracterizado hasta ahora por cierto eclecticismo habiendo llegado incluso a colaborar con el Quartet Brossa, supone una vuelta al redil del Rock del cual es, incuestionablemente, una gran abanderada en nuestro país.

En “MK MK”, Maika pone al día sus más que reconocidas influencias protopunk en el single “Reaching Out to You” (con la colaboración de Howe Gelb, líder de los siempre estimables Giant Sand), echa mano del blues descacharrado a lo Tom Waits en la excelente “I Live in a Boat”, se acerca al folk-rock con gracia e ironía lírica en la inicial “Love you til I Die”, consigue un pequeño hit minimalista con la contagiosa “Purpose”, o le da al rock con cierto sabor a Bowie en “Where are You?”. También encontramos algún momento más reposado con protagonismo del piano como la bella “Persian Eyes”, pero lo que prima a lo largo del disco es la energía y sobre todo esa sensación tan particular de frescura que Maika imprime a todo lo que hace. Cuando termina el álbum, dan ganas de volver a darle al play. No se nos ocurre mejor alabanza para un trabajo discográfico.

Ricard.

Os dejamos con algunos videos promocionales de este fantástico disco:

 

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«Combat de negre i de gossos»: El corazón de las tinieblas.

 

Hemos asistido en el Tantarantana a esta sugerente obra de Bernard Marie Koltès de quien ya hablamos hace años de otra gran trabajo suyo, «Roberto Zucco«.

Con traducción de Sergi Belbel y dirección de Roberto Romei, la obra nos cuenta la historia de un capataz sin escrúpulos (genial interpretación de Pep Ambrós) y del encargado de una plantación en la selva africana (Manuel Dueso) que tienen que tapar la muerte de una persona de raza negra asesinada por diversión al que su hermano (Ricard Boyle) busca sin descanso.

El ambiente de la obra recuerda al clásico de Joseph Conrad, con esa insolente situación colonial en el que el capataz, cual coronel Kurz, se cree dueño y señor de la vida de los indígenas, en un repugnante despliegue de brutalidad y violencia.

Y no es que la obra exponga una situación colonial más o menos fuera de tiempo, sino que como se comprueba con el drama de los refugiados de Lampedusa y otros lugares, la horripilante agencia Frontex reparte carnets de europeismo, te deja dentro o fuera según se tercie.

Porque la obra nos enfrenta con lo que no queremos ver: con los que están fuera y los que están dentro, con los pobres desesperados que tratan de cruzar esa alambrada presente en toda la obra. Con la figura del hermano del fallecido que, terca y a la vez dignamente, espera una respuesta que nunca llega porque es demasiado cruel.

LO MEJOR DE LA OBRA: Los escalofriantes diálogos entre capataz y encargado , que con banalidad hablan de la muerte de los trabajadores como si de una inconveniencia se tratara. El excelente decorado que divide el escenario entre la zona europea y la de las personas de raza negra más allá de la alambrada.

LO PEOR DE LA OBRA; Se echa en falta algo más de protagonismo femenino.

Os dejamos un trailer al coloquio de la obra:

La obra se podrá ver hasta el 31 de octubre.

CULTURA Y ALGO MÁS.

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«Angle mort»: Es a tí a quien matan.

Hemos asistido para inaugurar la temporada en Sala Versus de Barcelona a esta comedia de Sergi Belbel y Roc Esquius, de quien ya hemos hablado en nuestro blog (en este momento recordamos sus obras Ime  y Mars Joan).

Con dirección de Lluís Elías y producida por APUNTA TEATRE, la obra nos cuenta la historia de Andreu (Ramón Godino), gerente y propietario de una pequeña startup (anglicismo del que se ha hecho uso y abuso en los últimos años, por cierto; parece que lo que antes se aplicaba a empresas de tecnología que buscaban financiación externa ya se refiere a cualquier cosa) que se ve «obligado» por la crisis y los números rojos a despedir a una empleada que le enerva, Bea (Rafaela Rivas). Los otros dos trabajadores de la pequeña compañía, Carles (Alberto Lozano) y Diana (Berta Bahr) harán piña con Bea…

Lo más interesante de la obra es el muy original planteamiento visual y lumínico que divide el escenario en dos triángulos, en los que se superponen dos escenas, una principal y la otra secundaria, precisamente en «ángulo muerto». Y partiendo de esa disposición del escenario asistimos a una comedia excelentemente trabada y con los personajes claramente definidos, desde el paradigma del jefe tiránico y sin principios, hasta la veinteañera despierta y hábil dispuesta a luchar por sus derechos, pasando por los solterones que viven aferrados a sus padres y a la vida sin sobresaltos de la oficina.

Los diálogos están adaptados al doble planteamiento visual del que hablábamos, puesto que también se desarrollan en dos planos distintos y muy diferenciados, el disparatado y el realista, lo que le confiere gran coherencia al conjunto.

El espectáculo estará en el Versus hasta el día 12 de septiembre.

LO MEJOR DE LA OBRA: Tanto la interpretación de los protagonistas como la superposición de escenas y diálogo, gracias a un gran trabajo de luces y escenografía.

LO PEOR DE LA OBRA: Posiblemente, el convencionalismo de la temática referente al karma y la justicia social en el capitalismo, tal vez algo trillada.

Os dejamos con un trailer de la obra:

Cultura y algo más.

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‘Heisenberg’: Lo que la interacción crea.

Hemos asistido en la Sala Beckett, en el marco del festival Grec 2021 Festival de Barcelona, a esta intimista ‘Heisenberg’, del prolífico dramaturgo británico Simon Stephens, con dirección de Josep María Mestres , traducción de Joan Sellent y protagonizada por Silvia Bel en el papel de Clare y Pep Cruz en el de Alex.

El improbable encuentro entre el carnicero setentón interpretado por Pep Cruz y la maestra treinta años menor a la que da vida Silvia Bel es como una metáfora de un experimento físico, en el que el espectador estudiaría un choque de partículas con resultados sorprendentes por inesperados y atípicos. De hecho el título alude al principio de la física cuántica según el cual no es posible observar un fenómeno sin incidir sobre él, y así las maniobras que uno intenta sobre el otro acaban modificando las expectativas de cada uno.

La obra nos permite reflexionar sobre las relaciones, en concreto sobre las que comienzan entre personas de entornos muy diferentes y en ocasiones contrapuestos, y en distintos momentos vitales (porque al final la ayuda que mutuamente se acaban prestando -compañía y dinero- no viene del engaño sino de la necesidad de complementarse) y en fin, sobre la manipulación y la estrategia relacional.

Nos ha gustado la puesta en escena, con una pantalla agondolada horizontal en el centro (escenografía de Paco Azorín), entorno a la cual se van desplegando las distintas situaciones que viven los protagonistas, en la carnicería, en el bar, en un banco del parque, todo con exquisita sobriedad, para no distraer ni un ápice la atención sobre la danza dialéctica de los personajes con la que se envuelven mutuamente.

LO MEJOR DE LA OBRA: El estudio que hace de las motivaciones que nos hacen acercarnos a alguien, y los diálogos muy vivos y bien entrelazados, así como la excelente interpretación de el actor y la actriz que crean personajes de una credibilidad absoluta.

LO PEOR DE LA OBRA: La historia tal vez tenga un punto naïf, un poquito de guión de cuento de hadas.

La obra estará en la Beckett hasta el 1 de agosto y sin duda es una excelente opción para una de estas calurosas veladas de julio.

Os dejamos un enlace a un trailer de la obra:

Cultura y algo más.

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«Esperando a Godot»: El vacío.

 

Hemos tenido la oportunidad de asistir en el Teatre Goya a la obra clásica de Samuel Beckett, imprescindible para todo amante del teatro, dirigida en esta ocasión por Antonio Simón.

Un cruce de caminos de ningún sitio a ninguna parte; dos vagabundos (Didí, Alberto Jimenez y Gogó, Pepe Viyuela) perdidos en chanzas torpes y divagaciones fútiles para pasar el rato; un hombretón tosco y brutal (Pozzo, Fernando Albizu) con ínfulas de terrateniente pero que seguramente no pasa de pobre diablo que maltrata a un infeliz , llamado con sarcasmo Lucky (Juan Diaz) . Y en fin, un ridículo criado (Jesús Lavi) que anuncia la llegada de Godot. Esos ingredientes forman esta desoladora metáfora que nos deja la maestría de Beckett, quien construye ese andamiaje con personas que sólo tienen la apariencia de tales y que se comportan de un modo extraño pero reconocible… La cháchara sin sentido de los vagabundos nos es cercana, ese hablar compulsivo del que se quiere ocultar a sí mismo verdades muy incómodas y seguramente inasumibles, esos jueguecillos nerviosos, esos cambios de humor y artificiales sobresaltos, ese huir de uno mismo a base de esperar una quimera, las excusas que nos damos para ir pasando. Y si en algún momento parecen indignarse de la brutalidad con la que Pozzo maltrata al desafortunado Lucky, en seguida vemos que es una pose para ocultar su propia vileza.

Nos ha gustado mucho el montaje, (Diseño de escenografía: Paco Azorín; diseño e iluminación: Pedro Yagüe; espacio Sonoro: Lucas Ariel Vallejos; vestuario: Ana Llena). Ese lugar ambiguo, presidido por un cruce de vías, metáfora de la absurda encrucijada en que se hallan los personajes, con un acertado juego de luces que divide el espacio escénico en esos dos días en que, como una cinta de Moebius, todo vuelve una y otra vez, con obsesiva e inexorable cadencia.

Es en definitiva una obra incómoda, que nos interpela y habla del no ser, del vacío, del olvido y lo ajeno, lo incómodo y en fin, la desesperanza y la resignación.

LO MEJOR DE LA OBRA: La capacidad de transmitir sensaciones más allá de un argumento clásico. Lo grotesco es el canal que utiliza Beckett para hacernos caer en la cuenta de profundas verdades.

LO PEOR DE LA OBRA: Una pena que una obra maestra esté tan poco en cartel.

Estará hasta el domingo 20 de junio en el Teatre Goya.

Os dejamos un tráiler del espectáculo:

Cultura y algo más.

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