BJöRK en Barcelona (Poble Espanyol, 24/07/15): Verbena islandesa.

Björk llegó a Barcelona el pasado viernes y como si quisiera traer algo de su Islandia natal con ella, aparecieron, apenas dos horas antes de su concierto, unos amenazantes nubarrones negros que taparon casi por completo el cielo de la Ciudad Condal. Ello solo sirvió para aumentar la sensación de tremendo bochorno que sentíamos quienes nos dirigíamos al Poble Espanyol (donde se iba a celebrar la actuación), preguntándonos si no estaríamos mejor quizá al lado de un ventilador tomando un buen granizado de limón. Pequeños momentos de debilidad para aquellos  que sabemos que no podemos vivir sin música y que, contra viento y marea, siempre solemos estar allí.

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Björk venía a presentar su último disco, el desolador “Vulnicura”, un trabajo que, en cierta forma, me ha reconciliado con ella. No es que mi admiración por la islandesa hubiese decrecido realmente de un tiempo a esta parte. En realidad, se puede decir que se habían unido amigablemente las (sin duda loables) ansias de experimentación de la cantante, con mi absoluta pereza mental. De allí que hubiese observado desde la distancia los últimos pasos realizados por la artista. Empujado por las buenas críticas recibidas por su más reciente propuesta, he vuelto a sumergirme en su mundo.

Tampoco es que “Vulnicura” sea un álbum fácil que ignore por completo las ganas de tantear nuevas fórmulas sonoras. Pero, salvo en algunos momentos aislados, uno no tiene la sensación de que la artista caiga en una cierta retórica experimental como sí ocurría en sus dos o tres anteriores trabajos. No, en “Vulnicura” no hay apenas espacios vacíos; más bien todo lo contrario: es un disco casi asfixiante, de intensa y dolorosa belleza, su particular “Blood on the tracks” (Bob Dylan), o “Forever blue» (Chris Isaak), aunque sin margen alguno para el desahogo del oyente. El canto doliente de un corazón roto en mil pedazos (la tan cacareada finalización de su relación con el artista Mathew Barnney ha sido, como bien se sabe, fuente de inspiración continua en este disco).

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Así las cosas, podíamos esperar que la presentación en directo de este trabajo sería cualquier cosa menos una fiesta. Pero Björk en directo es otra cosa. Acompañado de una orquesta de cuerda, del productor y D.J. venezolano Arca, y del percusionista (especialmente resaltable su trabajo) Manu Delgado, la artista apareció en escena con un atuendo parecido a un kimono japonés y con una estrafalaria máscara que tapaba la parte superior de su rostro. Arrancó con “Stoned milket”, primera pieza de “Vulnicura” (confieso sentir algo parecido al síndrome de Stendhal cada vez que escucho esta canción), y siguió desgranando la mayor parte de los cortes del álbum. Sin concesiones pues a un público entregado que parecía seguir hipnotizado las evoluciones (graciosos bailes incluidos) de la cantante  en el escenario, mientras al fondo se proyectaban imágenes (la mayor parte de ellas relacionadas con la naturaleza) que conectaban bien con la música.

Un espectáculo, en suma, relativamente sobrio, aunque hubo instantes de pirotecnia (fuegos artificiales lanzados desde los lados del escenario en momentos precisamente programados), e incluso dos cañones que emitían llamaradas que fueron empleados al final de “Mouth mantra”. Una pequeña verbena islandesa en la calurosa noche de Barcelona. No hubo necesidad de más: la voz, ya sabiamente domesticada de Björk, y el poder de las canciones, fue suficiente para que la artista mantuviera nuestra atención durante la algo más de hora y media de actuación. Ni siquiera hubo asomo de algo parecido a un repaso de greatest hits: recuperó temas como “Come to me”, “Wanderlust” o “All neon like” (quizá lo más parecido a una canción popular que sonó en el Poble Espanyol).

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Posiblemente los que nunca habíamos podido vivir la experiencia Björk en directo hubiésemos deseado una mayor condescendencia por parte de la artista en el tramo de los bises (tan solo uno acompañada únicamente del antes mencionado Manu Delgado). Hubiese sido un gran colofón final a una velada que, dejándonos arrastrar por el tópico, resultó mágica.

Ricard.

Os dejamos con el vídeo de «Lions», single de presentación del último disco de Björk:

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